El primer billete de la historia
Los billetes son instrumentos económicos que utilizamos diariamente, casi de manera inconsciente y natural. No pensamos mucho en ellos, sólo en lo que valen, pero ¿conoces la historia del billete? El uso del billete, o como también se le conoce “papel-moneda”, tiene su origen en China durante el siglo VII, en tiempos de la dinastía Tang. Lo interesante aquí es que este invento surge gracias a una necesidad real: la movilidad. En la antigua China, las monedas eran ya un medio de intercambio común, su particular diseño con forma redonda y un agujero cuadrado en el centro era bastante funcional pues éste servía para pasar una cuerda entre ellas, de forma que se podían contar, dividir y transportar de manera eficiente. Sin embargo, las monedas seguían siendo metálicas, hechas con cobre y por ende, eran pesadas e incómodas para transportar en grandes cantidades. La solución fue simple: al momento de viajar o de recorrer un trayecto largo, todas las monedas enlazadas se dejaban en un lugar, con alguien que las cuidaba, y a cambio se entregaba un pequeño papel, el cual debería de entregarse al regresar para recibir las monedas. Poco a poco, la idea se fue popularizando y profesionalizando, de modo que los papeles ya no eran simples notas firmadas, sino una impresión hecha con moldes de madera. Estos primeros billetes resultaron ser muy prácticos para transportar y para hacer intercambios de grandes cantidades, por lo que en el siglo XI, durante la dinastía Song, se adoptó como un sistema de intercambio oficial, con billetes impresos por la entidad gobernante. Cabe mencionar que el billete fue importado a Europa a través de grandes exploradores como Marco Polo y Napoleón, pero cerca del Siglo XIII.